ECHOES tributo a pink floyd

La riqueza me ha hecho pobre -Es un orgullo que sean cordobeses.
Rio­cuartenses, le corrijo; cordobeses somos to­dos, somos cualquierariocuartenses son úni­camente ellos.
Era un extraño, no lo conocí. Se apagaron convenientemente las luces de La Vieja Usina.
Bajé por el bosque negro a cazar imágenes y sonidos, a los primos Cáffaro. La música es previa, como en todo buen mito ingles, una densa melancolía y el eco de un tiempo distan­te. Y en la profundidad bajo las onduladas olas, todo es verde y submarino; una flor crece mi­rando hacia el agua (o hacia la superficie), su contemplación insoportable, me voy a desva­necer.
Ya se han prendido las luces plásticas, a los pies del mesón informo sus cuerpos, sus ins­trumentos admirables y mientras ellos per­siguen son perseguidos, y al mismo tiempo en que encienden se abrazan. ¿Cuantas ve­ces he besado en vano esa fuente engaño­sa?, ¿cuantas veces sumerjo en el agua mis brazos que aprietan cuellos que habré visto sin hallar nada?, no se que veo pero lo que veo me consume y el mismo error que me engaña me excita. Crédulos, ¿porqué tratan de aferrar frívolamente la fugaz imagen?, no existe en ningún lugar lo que busco. ¡Apár­tate! Lo que amas lo perderás. Esto que veo es la sombra de mi propia imagen reflejada, nada de sí misma tiene esa figura, viene y se va conmigo, conmigo se marchará si es que puedo marcharme.
Levantándome un poco extiendo la cámara a los árboles que han crecido sobre mí, ¿al­guno amó con más triste crueldad?, sigo: “Me encanta y los veo, pero no encuentro sin em­bargo lo que veo y me encanta. Tan grande es el error que se apodera de mi alma y para que sea mayor mi angustia ni nos separa un enorme mar, ni una platea ni un muro con sus ladrillos cerrados, un poco de agua nos sepa­ra”. La misma banda desea ser poseída pues ¿cuantas veces nos besamos en esa nítida música acuosa?, otras veces intenta hacerlo levantando hacia nosotros sus bocas juraría que podemos tocarlos, es un pequeñísimo obstáculo el que se interpone entre los músi­cos y nosotros, quienes quieran que sean ¡ba­jen del escenario! “¿Por qué música sin igual me engañas?, ¿dónde vas cuando te busco? No se que esperanza me provocas y prome­tes con tu rostro amigo, cuando yo alargo mis brazos hacia ti los extiendes también. Cuan­do yo te sonrío tú también, a menudo he no­tado tus lágrimas cuando yo lloraba, también con una inclinación de cabeza respondes a mis señas y por lo que puedo sospechar, el movimiento de tu hermosa boca, me diriges canciones que no llegan a mis oídos.
Iste ego sum.”
Ovidio escribe esta crónica, la poesía y la mú­sica se plasman con elementos anacrónicos.
Pero es fuertemente inverosímil no cargar con la propia realidad, uno sigue siendo a pesar de la embriaguez. ¡Ojalá pudiera separarme de mi cuerpo! Deseo inaudito de un enamora­do, quisiera que lo que amo estuviera lejos.
A mis espaldas quedó, no quiero girar ni vol­ver; en las plateas altas ella me espera vana. Su fobia a la soledad petrificante. Le advertí sobre la quietud de los huesos que devienen en piedra cavernosa. “Serás piedra muda so­bre piedra muda como lo es esta casa que abandono”. Se valió de los animales para con­tarme sobre su soledad.
Y nadie nos llama para seguir adelante.
Una idea de lo inaprensible. Mi madre tiene forma de lirio y fue violada por una tormenta; que esperas de mí? Yo pertenezco a la ambi­güedad del bosque, no puedo reconocerme sin inquietud ni amarme sin peligro. “Nada es por sí mismo. Es por ti que aparece y persis­te; y sin ti desaparecería, si tuvieses el coraje de partir.” Una idealización: yo se que mi arte continua, no se acaba, necesito atravesarme, me voy. En verdad huyo de muchas ecos, no solo de ti. Así, lanzo la ventana lejos.
“Qué eres de aquellos?”.
“Nada, sólo vine a cubrir su espectáculo”.
“Quién eres tú?”
“Narkissos”.
Representación de una ausencia o presentifi­cación o puesta en escena de una existencia. Facundo y Ángel Cáffaro se atraviesan a sí mismos y comprenden que son más que una banda tributo a Pink Floyd, atraviesan el es­pejo y hierven las aguas que agitan el oído. Pero se trata de una travesía heroica que su­pone un tránsito entre la vida y la muerte. La riqueza me ha hecho pobre, un sentimiento oceánico.
xDanielSampieri

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