Aquella abstracta canción. Cuando los trastes duermen, el diapasón se convierte en la vía hacia lo sin nombre
Los ecos de su música se pueden comparar con un paseo nocturno en un parque donde el tiempo permanece suspendido y los sentidos se agudizan en un carnaval de correspondencias: los sonidos sugieren colores, aromas, texturas, cuerpos, consistencias y abstracciones que se conjugan como unidades de sentido en persecución de sensaciones más sofisticadas, como un vehículo que nos lleva a zonas vírgenes de la consciencia.
La música instrumental tiene esa abstracción que permite convertirla en imágenes, dice el músico, cuando se pueden convertir en un par de textos es muy importante, porque ese par de textos no se convierte en una canción más del repertorio.
El fluir de notas cristalinas en el tema Curvas del Suquía es un buen ejemplo de lo que es dejarse arrastrar por esa corriente de vidrio líquido que resuena en su guitarra.
Esa cosa atemporal que se puede encontrar en el free jazz en general, toma forma y dibuja un nombre en el caso de Rivarola. Los ecos andinos también se dan cita en sus trabajos con Paola Bernal. El vértigo de estar flotando entre las montañas, a lomo de cóndor, expresa muy claramente la sensación de viento y libertad, el dominio del instrumento que aprendió a hablar por el músico. Escuchando las zapadas con Rosas y Espinas se puede pensar en la pasión escupida a llamaradas entre la viola de Titi y la garganta de la vocalista Paula Carrevedo.
Los elementos de la naturaleza se conjugan con los géneros musicales más diversos (rock, folklore, jazz, electrónica) para parir visiones alucinadas, delicadas y con un dejo picante, como un vino fuerte que nos acompaña cuando nos desvelamos. Por momentos, la guitarra enloquece y nos recuerda a la efusión de King Crimson, de a ratos transmite los sonidos con puntadas rítmicas de máquina de coser.
Explorador infatigable, Titi Rivarola no desdeña la promiscuidad creativa y ha colaborado incesantemente con músicos como Jenny Nager, Andrea Molas, Ojos de Piedra, Paola Bernal, Carlos Salas, Zudo Castagno, Roko, Sur Oculto, etc.
Furia prolijamente controlada desde ese amor sinfónico por arreglos que llegan a complejos sin ser egocéntricos. Se trata de la búsqueda de quién sos y qué es lo que sos, confesó Titi en una entrevista reciente. Podría agregarse que su búsqueda personal- la que es intransferible- lo desborda y nos interpela universalmente, preguntándonos qué queremos, qué somos, dónde estamos y para qué.
La suya es una obra que se puede reconocer desde lejos como un corpus poético destinado a perdurar y evolucionar; una obra que, como todo arte genuino, puede prescindir sin pesar de cualquier explicación o comentario.
Es por eso que escribir sobre la música de Titi Rivarola (o sus diversos proyectos: Ukeleles, Tórax, etc.) siempre se convertirá en una excusa para escribir sobre lo inasible o sobre cómo lo inasible puede sugestionarlo a uno.
No se puede capturar la esencia de su arte en una nota, sólo es posible acercarse y escucharlo. Esa es la idea.
textoCezaryNovekfotoIvanaMaritano
Subiste los videos de estos grandes!! Jajaja...abrazooooo
ResponderEliminarSubite digo!!
ResponderEliminarDigo subite;)
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